El verano es ese momento mágico del año en el que todo parece más sencillo: los días son largos, el ritmo baja, y las risas de los peques suenan más fuertes que nunca. Si vas a escaparte a la playa con tu familia, tengo algo que te va a encantar: tres ideas de fotos preciosas y fáciles que puedes hacer tú misma a tus hijos… ¡y que serán recuerdos para toda la vida!
Porque sí, puedes tener fotos increíbles sin necesidad de una cámara profesional. Solo necesitas tu móvil, un poco de luz natural… y las ganas de pasarlo bien. Aquí van mis 3 ideas favoritas:
1. Sobre una tabla en el agua: como auténticos surfistas 🏄♀️
No hace falta que sepan nadar o que se metan al mar solos. Si tienes una tabla de bodyboard o incluso una hinchable, haz que se sienten sobre ella justo en la orilla, donde el agua apenas cubre los pies.
📷 Consejo extra: agáchate un poco y dispara a ras del agua. Si el sol está bajo (por la mañana o al atardecer), la luz será suave y dorada. ¡Quedará de cine!
💡 Esta foto transmite aventura, libertad y ese espíritu tan veraniego que todos adoramos.

2. Tumbados boca abajo en la arena: naturalidad total 🌞
Esta es una de mis favoritas cuando busco retratar momentos tranquilos. Solo tienes que pedirles que se tumben boca abajo, con los codos apoyados y la carita sobre las manos. Si cruzan los pies por detrás, todavía mejor.
Puedes rodearles de conchitas, cubos de playa, una toalla bonita… ¡y ya tienes tu mini escenario!
📷 Truquito: ponte a su altura (siempre al nivel de los ojos) y haz varias tomas mientras se ríen o te miran. A veces, salen gestos espontáneos que valen oro.

3. Comiendo un helado: la foto más dulce 🍦
¿Quién puede resistirse a un helado en la playa? Elige uno bien colorido (los polos de frutas suelen quedar preciosos en foto), siéntalos en la toalla, y… ¡dispara!
No hace falta que estén perfectamente limpios ni que posen. De hecho, cuanto más se manchen, más divertida será la imagen. Las caras de felicidad cuando dan el primer lametazo no tienen precio.
📷 Consejo: aprovecha una sombrilla para que la luz no sea demasiado dura, o busca sombra parcial cerca del chiringuito.

Porque al final, lo que importa son los recuerdos…
Puede que esas fotos no sean perfectas técnicamente, pero sí estarán llenas de verdad, juegos, risas y ese olor a mar que solo se guarda en el corazón. No se trata de tener las mejores imágenes, sino de capturar esos instantes que dentro de unos años te harán sonreír y decir: “¿Te acuerdas de aquel verano?”
Así que no te preocupes por la arena, las manchas o los pelos alborotados… lo bonito está justo ahí, en lo real.
Haz la foto. Guarda el momento. Y, sobre todo, vive el verano con los cinco sentidos.