Cómo ya es habitual, cada inicio de temporada asisto al desfile-presentación de la moda de El Corte Inglés. Ya es primavera, y esta tarde tocaba ver colores vivos y llamativos, amarillos, fucsias, naranjas, …
La nueva temporada apuesta por la delicadeza romántica, la tendencia deportiva en tonos negros, los nuevos conceptos del volumen, el estilo bohemio mientras que el color fucsia o el amarillo vivo son los grandes protagonistas.
La moda para el baño se inspira en cuatro tendencias: denim, blanco y negro, tribal y alta costura. Cuatro colecciones que permiten resaltar la silueta femenina con un toque de distinción.
Este primavera la moda apuesta por la delicadeza romántica, en tonos pastel y materiales nobles. Así ha madurado el choker, símbolo de rebeldía en los 90 para brillar de nuevo esta temporada. En accesorios esta tendencia se destaca en piezas elegantes, como gargantillas con piedras como la aguamarina, amatista o turmalina, que marcan ese toque de distinción que todo look primaveral necesita.
El fucsia brilla con luz propia en la temporada: Inesperado, distinguido y muy favorecedor, este tono popularizado en los años treinta, regresa para colorear las colecciones de la moda primavera-verano. Los tejidos vaporosos en amarillo vivo resaltan la feminidad con un punto atrevido.
El tendencia deportiva, pierde objetividad. La parka sustituye a las sudaderas y los shorts a los leggins; siempre en un riguroso negro. Se imponen las camisetas roqueras y los bolsos con mensaje en un ejercicio de rebeldía.
Los accesorios y complementos ocupan un lugar destacado en la temporada primaveral. La sencillez se impone en el calzado: bailarinas, mules y slippers se rinden a esta corriente basada en piezas puras y líneas limpias. En los materiales hay un claro predominio de los naturales como la piel blanda. Y todo ello en colores como el metal, maquillaje o topo.
También destacan las sandalias florales con tacón cuadrado, flores aplicadas y pulsera tobillo, en colores apagados.
Los bolsos de la temporada son eclécticos, rígidos, de asas cortas, con el tamaño justo y un vibrante mix de estampados, que nos traen recuerdos de lo mejor de otras décadas.
Las gafas retro ganan más terreno con montura de estilo vintage en tonos pastel. Gracias a ese toque de excentricidad y al glamour de tendencias del pasado, el accesorio estival por excelencia se convierte en un imprescindible.